El turismo de monstruos.
El mundo del turismo nos sigue sorprendiendo por las distintas maneras que van naciendo de hacer turismo de una forma diferente. Hace unos años comenzó a ponerse de moda el turismo en busca de lo abandonado. Es decir, viajes a todo tipo de regiones del planeta en las que el objetivo se encuentra en localizar lugares en ruinas o abandonados en los que sentir todo tipo de sensaciones novedosas.¿Y en qué consiste el turismo de monstruos? Pues nada más y nada menos que viajar a distintos lugares del mundo en busca de criaturas de mitología de las que no hay seguridad sobre si existen o no, pero que han dado para protagonizar todo tipo de historias a lo largo de los tiempos. Si os hablamos de monstruos tan característicos como el Yeti, el Chupacabra o el Monstruo del Lago Ness.
1. El Monstruo del Lago Ness – Escocia
Nessie para los amigos, es una criatura que se cree que sobrevivió a la prehistoria metido por ahí, a su bola y ajeno a todo. En teoría salió a la superficie en alguna ocasión y fue entonces cuando se le hizo la clásica fotografía que suele utilizarse para adornar casas o folletos .El lago ha sido investigado y no se ha encontrado nada, pero los comentarios de los expertos coinciden en que puede haber escondrijos en los que la criatura esté escondida. Nosotros podemos visitar el lago y sentarnos cerca para ver si avistamos algo desde la distancia. Escocia es muy bonito, así que el viaje en sí gana puntos.

2. Chupacabra – América (Puerto Rico)
Viajando a América, en Puerto Rico para ser más exactos (otras zonas de la región también lo han visto) nos encontramos al Chupacabra. La manera en la que se le representa es bastante asquerosilla, como una especie de mutante que tiene más aspecto de extraterrestre que de criatura natural. Da miedo y caza animales, a los que desangra de forma salvaje. Es el único animal que si te lo imaginas dan ganas de salir corriendo, por que claro ver al Yeti mola mucho más, asique casi mejor que pasamos. Hasta otro día Puerto Rico,
3. El Yeti – El Himalaya, y Pie Grande – Noroeste de Estados Unidos
En el Himalaya tenemos al Yeti, criatura legendaria donde las haya que despierta pasiones. No sabemos porqué pero Nessie nos parece un monstruo más amable que el Yeti, quizá porque las películas suelen representar al monstruo del Lago Ness de una forma muy amigable. En cualquier caso, seguro que los dos nos devoraban si nos los encontráramos. El Yeti es un hombre de las nieves, más grande que una persona y de un comportamiento salvaje.Similar a él está Big Foot pero no es tan importante.
4. Bunyip – Australia
Raro es el monstruo de la mitología australiana. Es una criatura que habita en el agua, aunque tiene capacidad para salir si lo necesita (para matar a alguien por decir algo evidente), y suele estar en pantanos, lagos y sitios donde no hay una excesiva profundidad. Lo que no queda nada claro es el aspecto que tiene en realidad. Hay testimonios de todo tipo. Que si tiene cabeza de cocodrilo, de pantera, de morsa… otros dicen que tiene cabeza de estrella de mar gigante. La cuestión es que nos daría un miedo tremendo y los dibujos que rondan por ahí son bastante terribles. Si te apetece morir, éste es tu lugar.
5. Ogopogo – Columbia Británica (Canadá)
Es posible que los canadienses tuvieran envidia de los escoceses, porque tienen su propio monstruo marino, el cual nos recuerda en algunas cosas a Nessie. Primero se pensaba que era un espíritu mágico del agua y luego se le atribuyó la identidad de enorme serpiente marina. También se cree que desciende de los dinosaurios y la representación común es muy parecida a la de un dragón. Para verlo, lo más fácil es poner rumbo hacia el lago Okanagan. Si os apetece dar un chapuzón pues adelante, pero allá vosotros.
6. Minhocão – América Central
No queremos provocaros pesadillas, pero hay que hablar de Minhocão, una criatura que se cree que existe en América Central. Se trata de un monstruo en forma de gusano o serpiente (no acaba de quedar claro). Si viajáis a esta zona del mundo os recomiendo ir mirando el suelo, por si las moscas. Eso sí, para verlo hay que profundizar en los bosques, que es el hábitat en el que se dice que existe. Mide entre 20 y 50 metros, así que si os lo encontráis haríais muy bien en salir corriendo a toda velocidad después de hacer una foto rápida. En el año 2013 se llegó a ver uno, o eso cuentan por ahí.






















